miércoles, 28 de abril de 2010

MUERTE



Huerta se exilió en Barcelona, España y conspiró con el ejército alemán para regresar al poder. Regresó a América en mayo de 1915, llegando a Nueva York con su familia y luego a El Paso, Texas donde fue arrestado junto con Pascual Orozco. Murió en prisión el 13 de enero de 1916, víctima de cirrosis también en El Paso, Texas. Fue enterrado en el cementerio "La Concordia".
Su gran astucia estratégica, su capacidad para golpear en el momento oportuno, aparentando lealtad hacia el nuevo poder constituido para reducirlo, asestándole el golpe de gracia mediante el asesinato político sin escrúpulos, para instaurar a continuación una dictadura sangrienta pero vestida con los oropeles de una legalidad institucional para consumo externo, lo convirtieron en la imagen del militar ambicioso, alcohólico y sin escrúpulos, capaz de sacrificar el país en aras de sus intereses mezquinos.

HECHOS SOBRESALIENTES














La Decena Trágica.

En 1912 la sublevación de Félix Díaz y Bernardo Reyes contra el gobierno de Francisco I. Madero fracasa. Y habiendo resultado condenados a muerte en el juicio marcial que se les siguió, Madero encarcela a los rebeldes, perdonándoles la vida.
El 9 de febrero de 1913 Huerta se había reunido con Bernardo Reyes en una Casa de la Colonia Roma y además había permitido pasar comida a la Ciudadela, lugar donde se encontraban refugiados los alzados. Madero llamó a Huerta y le cuestionó ambas acciones a lo que Huerta negó rotundamente su reunión secreta e hizo pasar por un error el abastecimiento. Madero le dio dos días a Huerta para que tomara la Ciudadela y demostrase así su lealtad y sus palabras. Gustavo A. Madero desconfiaba de Huerta, éste había informado al presidente sobre la reunión de Huerta. Madero le creyó a Huerta y para que ambos personajes limaran asperezas los persuadió para reunirse en un restaurante lo que se concretó en una cita.
Finalmente, el 17 de febrero, Madero, el vicepresidente José María Pino Suárez y Felipe Ángeles (a quién más tarde dejaría libre), fueron hechos prisioneros. Mientras tanto, el embajador Henry Lane Wilson intrigaba en contra del gobierno mandando insinuaciones de que sólo se podría evitar la intervención armada de los Estados Unidos con la renuncia de Madero. El papel de Wilson durante este episodio fue deplorable: hacía ostentación ante miembros del cuerpo diplomático de conocer los proyectos desleales de Huerta y notificó al Departamento de Estado de Estados Unidos que los rebeldes habían aprehendido al presidente y vicepresidente, hora y media antes de que esto sucediera.



Revolución Mexicana

Huerta asumió la presidencia y algunas figuras de la revolución se levantaron contra el nuevo gobierno, entre los que destacaron Venustiano Carranza y Francisco Villa. Después de poco más de un año de lucha y de que los estadounidenses tomaran el puerto de Veracruz, Huerta renunció a la presidencia y huyó del país.
Durante esta etapa del movimiento revolucionario, conocida comúnmente como revolución constitucionalista, surgieron graves diferencias entre las facciones que habían luchado contra Huerta, lo cual desencadenó más conflictos armados, de esta lucha salió victorioso finalmente Venustiano Carranza, quien asumió la presidencia en el año de 1917.
A pesar del triunfo, en México no hubo una paz definitiva sino hasta después de la década de 1920.

ASPECTO LABORAL

Para el año de 1890 Huerta había alcanzado el grado de coronel y siete años más tarde comenzaría una larga trayectoria en el combate a las rebeliones indígenas que se generaban por todo el país. En diciembre de 1900 combatió a los yaquis en Sonora y en 1902 a los mayas en Yucatán y Quintana Roo. Durante su estancia en el sureste desarrolló cataratas, una enfermedad que lo hostigaría la mayor parte de su vida.
Tras concluir su campaña en la Península de Yucatán Huerta recibió el grado de general brigadier, la Medalla al Mérito Militar y fue nombrado miembro de la Suprema Corte Militar de la Nación gracias a los esfuerzos de su amigo el general Bernardo Reyes, Ex Gobernador de Nuevo León y Secretario de Guerra y Marina. En 1907 pidió permiso por razones de salud y visitó a Reyes en Monterrey, ciudad donde trabajó como jefe de Obras Públicas dos años y medio aplicando sus conocimientos de ingeniería civil en el trazado de las calles. Cuando Reyes fue enviado a Europa en 1909 Huerta decidió regresar a la Ciudad de México y comenzar a impartir clases de matemáticas. Tras estallar la revolución convocada por Francisco I. Madero, Huerta solicitó su reincorporación al ejército y tras la renuncia de Porfirio Díaz, Huerta fue el encargado de escoltar el convoy presidencial de éste al puerto de Veracruz, cosa que a don Porfirio no le agradó del todo pues nunca confió plenamente en él.
Huerta permaneció fiel al ejército durante el gobierno interino de Francisco León de la Barra pero participó en algunas acciones de provocación al ejército rebelde comandado por Emiliano Zapata, lo cual levantó sospechas de insubordinación y tan pronto Madero asumió la presidencia ordenó su dimisión de las fuerzas armadas. Sin embargo, tras la rebelión de Pascual Orozco, Madero reconsideró su decisión y lo puso al mando de las tropas del gobierno federal. Huerta tuvo un desempeño impresionante y se convirtió en un héroe nacional. Mientras perseguía a Orozco rumbo al norte tuvo un altercado con el comandante rebelde Francisco Villa, quien se negó a regresar unos caballos que sus hombres habían robado a las tropas de Huerta. Enfurecido, lo mandó arrestar y ordenó fusilarlo. Los hermanos del Presidente Madero intervinieron y Villa sólo estuvo preso algunos días en la Ciudad de México, lo cual encolerizó a Huerta. Al regresar a la capital ratificó su lealtad al presidente Madero y mientras se sometía a un tratamiento de cataratas Madero lo hizo renunciar.Tras la rebelión de Félix Díaz (en la que participaba su amigo el General Reyes), Huerta declinó las ofertas de los golpistas por temor a sólo ser utilizado. Sin embargo, tras la muerte de Reyes ofreció sus servicios a Madero quien lo volvió a poner al mando del ejército. A los pocos días, Huerta se unió a los sublevados pero fue descubierto por el hermano de Madero, quien lo arrestó y lo acusó frente al presidente. Madero no creyó las versiones y lo puso en libertad, sólo para enterarse dos días después que Huerta lo había traicionado aliado con Aureliano Blanquet, jefe del 29o. Batallón y se autonombraba Jefe del Ejecutivo, obligándolo a renunciar. Huerta y Félix Díaz, aliados con Henry Lane Wilson, embajador de Estados Unidos en México, habían suscrito el Pacto de la Embajada, también conocido como Pacto de La Ciudadela (disponible en wikisource). Al principio Félix Díaz se sorprendió por la noticia, pues el plan inicial era que Díaz ocuparía la presidencia al triunfo de la rebelión. Sin embargo, Huerta logró convencerlo de que lo dejase gobernar de manera interina para pacificar a los maderistas. El 22 de febrero de 1913 Madero y el Vicepresidente José Ma. Pino Suárez fueron arteramente ejecutados.

BIOGRAFIA


Jóse Victoriano Huerta Márquez (Colotlán, Jalisco; 22 de Diciembre 1850-El Paso, Texas;13 de Enero 1916) fué un ingeniero, militar y presidente de México.
Huerta nació el 22 de diciembre de 1850 en la ranchería del Agua Gorda, municipio de Colotlán, Jalisco, hijo de Jesús Huerta y Refugio Márquez, ambos indígenas huicholes, por lo que será el tercer presidente mexicano de origen indígena. Cuando tenía quince años el general Donato Guerra visitó su ciudad natal y expresó su deseo de contratar a un secretario particular. Huerta que sabía leer y escribir por haber sido un caso raro por asistir a la escuela municipal que dirigía el sacerdote del lugar, se ofreció como voluntario y como recompensa a sus servicios y a la buena inteligencia mostrada se le recomendó y concedió una beca para estudiar en el Colegio Militar,donde obtuvo notas sobresalientes que lo hicieron merecedor de un reconocimiento especial, el Presidente Benito Juárez quien era el primer indígena en llegar a la presidencia, lo elogió durante su visita al colegio para entregar los reconocimientos a los cadetes con las siguientes palabras:
De los indios que se educan como usted, la patria espera mucho.