miércoles, 28 de abril de 2010

HECHOS SOBRESALIENTES














La Decena Trágica.

En 1912 la sublevación de Félix Díaz y Bernardo Reyes contra el gobierno de Francisco I. Madero fracasa. Y habiendo resultado condenados a muerte en el juicio marcial que se les siguió, Madero encarcela a los rebeldes, perdonándoles la vida.
El 9 de febrero de 1913 Huerta se había reunido con Bernardo Reyes en una Casa de la Colonia Roma y además había permitido pasar comida a la Ciudadela, lugar donde se encontraban refugiados los alzados. Madero llamó a Huerta y le cuestionó ambas acciones a lo que Huerta negó rotundamente su reunión secreta e hizo pasar por un error el abastecimiento. Madero le dio dos días a Huerta para que tomara la Ciudadela y demostrase así su lealtad y sus palabras. Gustavo A. Madero desconfiaba de Huerta, éste había informado al presidente sobre la reunión de Huerta. Madero le creyó a Huerta y para que ambos personajes limaran asperezas los persuadió para reunirse en un restaurante lo que se concretó en una cita.
Finalmente, el 17 de febrero, Madero, el vicepresidente José María Pino Suárez y Felipe Ángeles (a quién más tarde dejaría libre), fueron hechos prisioneros. Mientras tanto, el embajador Henry Lane Wilson intrigaba en contra del gobierno mandando insinuaciones de que sólo se podría evitar la intervención armada de los Estados Unidos con la renuncia de Madero. El papel de Wilson durante este episodio fue deplorable: hacía ostentación ante miembros del cuerpo diplomático de conocer los proyectos desleales de Huerta y notificó al Departamento de Estado de Estados Unidos que los rebeldes habían aprehendido al presidente y vicepresidente, hora y media antes de que esto sucediera.



Revolución Mexicana

Huerta asumió la presidencia y algunas figuras de la revolución se levantaron contra el nuevo gobierno, entre los que destacaron Venustiano Carranza y Francisco Villa. Después de poco más de un año de lucha y de que los estadounidenses tomaran el puerto de Veracruz, Huerta renunció a la presidencia y huyó del país.
Durante esta etapa del movimiento revolucionario, conocida comúnmente como revolución constitucionalista, surgieron graves diferencias entre las facciones que habían luchado contra Huerta, lo cual desencadenó más conflictos armados, de esta lucha salió victorioso finalmente Venustiano Carranza, quien asumió la presidencia en el año de 1917.
A pesar del triunfo, en México no hubo una paz definitiva sino hasta después de la década de 1920.

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